A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, programadas para este martes 5 de noviembre, las encuestas revelan un panorama electoral muy competitivo entre Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, y Donald Trump, ex presidente y candidato republicano.
Los resultados indican una polarización notable en varios estados clave, que podrían determinar el resultado final del proceso electoral.
Quién va ganando en los estados clave o estados «bisagra»:
Las encuestas de estados pendulares como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin muestran un empate técnico.
En Arizona, por ejemplo, Trump cuenta con un 49% de apoyo frente al 47,3% de Harris. Georgia refleja una ligera ventaja para Trump, con un 48,9% frente al 47% de Harris. Por otro lado, en Nevada, Harris tiene una ventaja mínima del 47,4% sobre Trump, quien obtiene un 47,1%.
En Michigan y Carolina del Norte, los márgenes son igualmente estrechos, con Trump liderando por un 0,4% y un 0,6%, respectivamente. Sin embargo, Harris se destaca en Wisconsin, donde obtiene un 48,2% frente al 47,5% de Trump.
Estos «Swing states» son cruciales ya que el candidato necesita al menos 270 votos electorales para ganar, y muchos de ellos son considerados vitales para alcanzar ese objetivo.
Percepciones del votante en Estados Unidos:
Las encuestas también indican una creciente atracción del voto latino hacia Trump, con un sondeo reciente sugiriendo que el 62% de este grupo podría apoyarlo frente a un 34% para Harris. Este cambio en las preferencias podría ser significativo, considerando que el voto latino ha sido históricamente un bastión demócrata.
Trump ha estado intensificando sus esfuerzos para consolidar este apoyo, enfocándose en temas de inmigración y economía, y utilizando retórica que resuena con las preocupaciones de la comunidad hispana.
La vicepresidenta, por su parte, busca contrarrestar esto enfatizando logros de la administración Biden y su compromiso con políticas sociales que beneficien a la clase trabajadora.
Fuente: Clarín