Qué se sabe sobre el caso del adolescente acusado de vender imágenes de sus compañeras desnudas creadas con IA

Una denuncia conmocionó a la comunidad educativa de un colegio privado religioso de San Martín, en la zona norte del conurbano: un grupo de padres y madres acusó a un alumno de 15 años de vender fotos de sus compañeras modificadas con IA (inteligencia artificial) para que aparecieran desnudas.

Una denuncia conmocionó a la comunidad educativa de un colegio privado religioso de San Martín, en la zona norte del conurbano: un grupo de padres y madres acusó a un alumno de 15 años de vender fotos de sus compañeras modificadas con IA (inteligencia artificial) para que aparecieran desnudas.

El adolescente, que ya está a disposición de la Justicia de menores, creó su propio negocio ilegal al comercializar estas imágenes falsas, con las que recaudó una cifra que todavía no se pudo determinar. Hay al menos 22 chicas afectadas y sus familiares que piden una solución urgente.

Según pudo saber este medio, el chico primero difundía el material de forma gratuita. Pero después empezó a vender el pack de fotos de sus compañeras a $25 mil. Entre sus clientes estaban otros adolescentes, pero también adultos.

Para hacerse de esas imágenes, fuentes de la investigación informaron que el joven robaba las fotos que sus compañeras subían a Instagram, algunas en bikini, otras con ropa normal, y las guardaba en una carpeta de Google Drive en su computadora. Luego, usaba una herramienta que funciona con IA para “desnudarlas”. Las caras de las adolescentes eran reales, pero el cuerpo no.

Todo era compartido a través de Discord, una plataforma virtual en la que los usuarios tienen la capacidad de comunicarse por llamadas de voz, videollamadas, mensajes de texto o con archivos y contenido multimedia en conversaciones privadas o como parte de comunidades llamadas “servidores”.

Uno de los grupos creados por este chico tenía el nombre de “Colegialas” y llegó a tener hasta 8 mil suscriptores. Con este dato, ahora la Justicia intenta saber quiénes están detrás del consumo de este material que, a pesar de ser falso, afectó a una decena de chicas que no quieren volver al colegio por vergüenza.

La fiscal de Responsabilidad Penal Juvenil que investiga el caso por presunta distribución de material sexual de menores, Alejandra Novoa, ordenó peritar el celular del chico, que fue secuestrado durante el allanamiento en su casa. También citó a declarar a la directora y a una auxiliar del Colegio Agustiniano, la institución donde asisten los estudiantes. Ambas deberán asistir el viernes a la sede de la fiscalía.

La investigación empezó a finales de agosto, tras la denuncia de un grupo de padres y madres que descubrieron que el adolescente vendía fotos de sus hijas desnudas en las redes sociales. Seis de ellos ya formalizaron la acusación. Las víctimas, según describieron en la causa, tienen entre 13 y 17 años.

En la casa también se secuestró tres computadoras de escritorio y tres notebooks. Todos los aparatos serán peritados, pero primero irán por el teléfono.

Además, pidieron auditar la billetera virtual en la que el joven recibía los cobros de los supuestos clientes, quienes le transferían alrededor de $25 mil cada uno por las carpetas que contenían fotos.

Todo salió a la luz después de que un compañero de las víctimas se hizo pasar por comprador y consiguió el CBU y la foto del estudiante que realizaba las ventas. De esta forma, se pudo identificar al responsable de la distribución del material sexual.

Florencia, madre de una de las víctimas, detalló que son al menos 22 las chicas que fueron víctimas de este delito, pero asegura que hay más de otros colegios que también fueron afectadas. “Cuando entré al grupo, había imágenes de muchas adolescentes, y los consumidores son mayores y menores”, contó.

También dijo que el impacto emocional en las víctimas fue inmediato. “Mi hija está avergonzada, no quiere volver al colegio”, lamentó Florencia, que señaló que varios padres están preocupados por la seguridad de sus hijas y temen que la situación pueda escalar. “Es muy grave, no podemos permitir que esto siga pasando”, advirtió.

A pesar de la gravedad del caso, los padres y madres denuncian que la institución escolar no tomó medidas concretas para sancionar al estudiante. Según Florencia, el colegio argumentó que no pueden intervenir porque el hecho ocurre en un ámbito “privado”.

Mientras tanto, el alumno sigue asistiendo a clases, bajo la custodia de un preceptor, ya que otros estudiantes intentaron agredirlo tras conocerse lo ocurrido. “Ya le quisieron pegar varias veces, pero lo protegen porque no pueden echarlo”, detalló.

Ellos, sin embargo, exigen una respuesta más firme por parte de las autoridades. “Pedimos que al menos no se acerque más a las chicas, pero nadie nos garantiza que esto no vuelva a pasar. Hasta ahora, no hicieron nada al respecto”, cerró la madre.

Fuente: TN

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